Sobre el Mercado de piernas

Por Efraín Cervantes.

Israel Castro, canterano de la UNAM, nuevo jugador celeste

Es curioso, incluso chistoso, el saber como se maneja un mercado, en él vemos todo tipo de frutas, vegetales, dulces, ropa y muchas otras cosas que cuando uno encuentra y hacen falta, suelen ser magníficas. Sin embargo, existen otro tipo de mercados, nota, no me meteré en el más grave de todos el cual se encuentra en San Lázaro, por eso seguiré con el mercado de coches, discos, e incluso de mujeres y niños, los cuales son un problema grave para nuestro mercado más importante de nuestro México lindo y querido, pero lo más grave, para la opinión de un humilde servidor, es que el mercado más importante de nuestro país sea el de piernas de futbol mexicano, o como lo llaman ahora por tratar de imitar a nuestro vecino del norte, Draft.

En el libro de Juan Villoro, Dios es redondo, nos explica la pasión que puede llegar a tener un hincha del futbol, tal como lo describe, uno puede nacer perteneciendo a un equipo, ya sea por situaciones familiares o de gusto, uno siempre esta amándolo, o incluso queriéndolo por ser parte de una compañía o institución, como es el caso del Necaxa cuando iniciaba su época, ya que se identificaba con la ahora extinta compañía de luz que nuestro Felipillo querido, voló del estadio con todas su fuerzas.

Esta pasión se ve truncada e incluso llega a desaparecer con este mercado llamado Draft, en el cual el amor a la camiseta es dejado a un lado y los intereses económicos salen de nuestro otro yo, o como algún día me dijo mi profesor de psicología, cuando uno tiene el poder es capaz de corromperse y hacer cualquier cosa, ¿o no Israel Castro? Al parecer tus sentimientos canteranos pumas los dejaste de lado y preferiste inflar más tu cartera y mejor no hablamos de tí Leandro.

Y lo peor es que son escasos los jugadores que han jugado con un solo club toda su vida, pondré un ejemplo sencillo, que desafortunadamente no es de nuestro “espectacular” futbol, el caso de Francesco Totti, hecho en La Roma, quien a pesar de haber tenido muchas ofertas de clubes extranjeros ha sido fiel a su camiseta y les ha dicho NO.

Sé que habrán algunas personas que me digan mentiroso, por eso pondré algunos ejemplos que como Totti, puedan aplicarse al futbol mexicano, como el caso de Reynoso de Chivas o el ahora ex portero de pumas Bernal, pero lo que molesta a el espectador es que cuando uno cree que aquel jugador está totalmente identificado con su afición, pueda de un momento a otro decir, cambio de equipo, como si fuera una simple cascarita en el barrio.

Podría seguir hablando mucho de nuestro futbol mediocre, que paga muy bien y que da muy pocos resultados, sin embargo, como un aficionado de futbol espero y creo que lo único que queda es rezar para que las selecciones juveniles hagan un buen papel en sus respectivos mundiales o mínimo no dejen caer la reputación de nuestro país como lo ha hecho el actual gobierno con sus pésimas notas en el turismo y mejor ni hablar de la seguridad porque, entonces sí, descenderíamos como el Necaxa.

Me despido con una frase de una canción de aquel viejo de la cabeza descubierta, el cual se hace llamar Bersuit Vergarabat, “Toco y me voy, la camiseta es como un dios”. Ojalá se vea más en nuestro fut.