
Todo es festejo en Madrid y por qué no habría de serlo. Los merengues pusieron el ejemplo de que al Barcelona se le puede jugar al tú por tú y demostraron que no es un equipo invencible. Y entre gritos, empujones, festejos y demás algaravía, Sergio Ramos tomó la Copa, la levantó sobre su cabeza, gritó de emoción, y la soltó. Así es, medio Madrid quedó en shock al ver como el trofeo era arrollado por el bus que daba el recorrido de los Campeones.
Pasaron 19 años para que el Real Madrid consiguiera la Copa del Rey, para que en un instante quedara más que abollada.